amor al calor

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sábado, 1 de noviembre de 2014

Amelia: "Esta servilleta es tuya"


Hola Clara,

Te escribo esta carta en una servilleta estampada con el logo de  mi bistro favorito. El de la esquina de la calle Magdalena, ¿recuerdas? No ha cambiado mucho desde la última vez que frecuentamos aquí. Bueno, te cuento que aún está el mismo florero turquesa con margaritas blancas y amarillas. Clara, decidí regresar porque me hacía falta el aroma del té chai y las conversaciones que tuvimos en nuestros años universitarios. Quise regrasar porque en este bistro lo recuerdo a él. A Xander. Qué cosa como todo eventualmente me revela como aún no lo olvido. Qué ridículo esto Clara. 

Disculpa esta mancha de té. Ahora mismo un chico con cabello rojizo oscuro pasó por mi lado y tuve que mirar. Lo extraño demasiado Clara. Te extraño a tí igual. ¿Qué nos sucedió? Eras mi amiga, mi hermana a quien podía llamar aun a las horas de la madrugada. Te alejaste porque tomé decisiones distintas a las tuyas. Perdóname. Sí, perdóname porque por primera vez no quise ser una sombra tuya. Por primera vez quise ser conocida por mi nombre y no la fama de ser tu amiga. Creo que ambas fuimos ramas de un mismo tronco, pero después de todo, nos separamos. Yo necesito mi propio sol, quizás eso me hace egoísta pero totalmente humana.


Querida Clara, espero que encuentres la felicidad. Yo la tuve y aquí en este bistro recordandote a ti y a él la sigo teniendo. La felicidad no depende de las personas a mi alrededor, depende de mí.

Así que esta taza de té chai es en honor a tí. Y este beso color rojo en la servilleta es mi manera de decirle a Xander, "Te sigo amando, idiota".




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