amor al calor

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miércoles, 8 de febrero de 2012

Entrada Diario Octubre 6, 2006 El Príncipe y la Escritora

Querido Diario, 

    Se me olvidó mencionarte que el domingo, el finísimo Edward del canto me invitó a salir a un concierto de opera en San Juan. Quizá por puro despecho lo llamaré de ahora en adelante "El Príncipe". ¿Por qué? Bueno te diré: Es el típico príncipe con perfecta voz, perfecto sentido de moda, excelente familia, razgos físicos sacados de una escultura griega, perfecta vocación y ambición..... PERO NO ES UN PRINCE CHARMING. 


¿Puedes creer que me hizo pagar el peaje y devolverle $5.00? Me lo recordó más de una vez en la cita..."acuerdate de pagarme los cinco dólares". 


Por lo menos el lugar era hermoso y perfecto. En varias ocaciones el Príncipe consentido se quedaba observando la apertura de mi falda que mostraba razgos de mi piel. Cada vez que sutilmente me acomodaba la apertura, podía sentir sus ojos sobre mí. Tenía una risa interna incontrolable. Mientras escuchaba las voces melodiosas de los cantantes, me preguntaba si citas como estas serían la norma entre el Príncipe y la Escritora. En más de una ocación se acomodaba como para tomar mi mano en la suya. Núnca se la dí. 


Esta fue la segunda cita que el Príncipe se inventa con la Escritora. Pero ella no puede dejar de pensar que es muy probable que la relación sea una enfocada solamente en el príncipe. 








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